El colegio en Al Andalus

 

¿A quién no le gustaba estrenar cuaderno el primer día de colegio? Sacarle punta al lápiz y escribir el título de la materia, Lenguaje, Matemáticas o Naturales, en la perfecta primera página.

 

Hace poco, me topé con una tablilla andalusí preciosa, que es la que inspira esta entrada en el blog. Es una tablilla escolar  de un estudiante  andalusí del s.XIII aproximadamente. Podemos imaginar la ilusión que tendría el alumno al recibir este material didáctico en la primera semana de clases.

 

Al Andalus estaba llena de escuelas y profesores particulares. Éstos, eran contratados por las familias durante un año académico y recibían un sueldo, mitad económico y mitad en bienes, como ropas y  productos alimenticios. Los profesores enseñaban a sus alumnos, normalmente en pequeños grupos, materias como la aritmética y el lenguaje. Debían aprender de memoria los textos que se leían en clase: Platón, Aristóteles, el Corán, así como cuentos y enseñanzas venidas de la lejana Persia y la India.


Las clases se desarrollaban en el hogar, donde profesores daban clases a las doncellas en el harem, o en las madrasas. A veces, a  la Mezquita acudía un sabio para dar una clase magistral. En esos días, el edificio se llenaba de entusiastas estudiantes, ilusionados por aprender de pensadores como Averroes, Avempace, Maimónides…

 

El intercambio de libros era contínuo: estaba mal visto amontonar libros en casa, porque significaba para los demás que aún no los habías leído. La costumbre era memorizar el conocimiento y sobre todo, hablar de forma exquisita, saber música e improvisar poesía. En la sociedad andalusí no existió el analfabetismo.

Fragmento de miniatura Cantiga 120, del Libro de Las Cantigas de Santa María, s.XIII.
Fragmento de miniatura Cantiga 120, del Libro de Las Cantigas de Santa María, s.XIII.

La música también se enseñaba de forma oral: los maestros improvisaban escalas y ejercicios que el alumno debía repetir a continuación con su instrumento. Al tratarse de un método de enseñanza espontáneo, apenas nos quedan textos de la época que nos den pistas sobre estas materias, los contenidos que se enseñaban, partituras, canciones, etc. Y si por si fuera poco, las guerras, persecuciones y quemas de libros hicieron desaparecer la mayor parte de los textos andalusíes.


Esta tablilla, que protagoniza este artículo, es un buen ejemplo del interés y el entusiasmo por aprender. Es un  silkah. La palabra al-silkah está asociada a una reunión entre estudiantes, donde se celebra una comida y juntos recitan el sikah, una serie de enseñanzas básicas. Luego lo escriben en estas tablillas. Al no haber ninguna corrección en ésta por el profesor, podemos adivinar que el alumno completó el ejercicio con éxito… ¿Sería de Al-Saqundi? ¿Ibn Hazm? ¿Wallada?


Qué suerte tuvimos que unos padres orgullosos del talento de su hijo guardaran con cariño esta tablilla. A lo mejor, lo pusieron en la cocina de la casa, en el hogar, como cuando se ponen los exámenes con buena nota en el frigorífico, ¿verdad?

Tabla escolar escrita en árabe. Biblioteca Nacional de España. Datada entre 1200-1400. Al Andalus.
Tabla escolar escrita en árabe. Biblioteca Nacional de España. Datada entre 1200-1400. Al Andalus.

"Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución".

Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz en 2014.